domingo, 29 de noviembre de 2009
Alvar Aalto
La obra elegida por nuestro grupo es la silla modelo No. 406 de Alvar Aalto.Este modelo utiliza un respaldo de correas de algodón entrelazado, así que el asiento y el respaldo para la silla será más cómoda que la versión de contrachapado de madera. Esto nos parece relevante ya que Aalto buscaba siempre funcionalidad usando materiales muy conocidos, no como otros autores.El asiento de tela permite a la espalda más movimiento y el respaldo es más alto que la versión de contrachapado anterior y por lo tanto apoyan la parte superior de la espalda y el cuello mejor. Este movimiento aplicado a la propia comodidad es directamente relacionable con la aplicación más “humana” del diseño, punto clave en este autor.Esta silla tuvo un diseño en madera de su concepto original. Aalto creyó en la importancia de continuar con un concepto de diseño para alcanzar plenamente su potencial, y ciertamente lo consigue con esta silla.
Con suaves curvas y de formas ligeras sugiere que tiene movimiento, y al revés que otro mueble, no tiene un aspecto estático. Cuando uno se sienta en la silla, se mueve y lo confirma.
Sin lugar a dudas la identificariamos con el Pabellón Finlandés de la Exposición Universal de 1939(Nueva York), ya que ese edificio creemos que define unos principios claros en el autor y en el propio objeto. Así el uso de la madera para el edificio está tambien claro en la silla, y las formas curvas y fluidas que parecen retomar movimientos propios de la naturaleza se ven claros en ambos; así las paredes interiores dan la sensación al visitante de adentrarse en un bosque en un día de viento.
Esta unión es inseparable en principios, ya que los que son de uno los comparte el otro, ya que representan la forma de crear de Aalto. Aún así, a su vez, cualquiera de los dos podria definir en si el pensamiento del autor.
La utilización de contextos concretos para los objetos de mobiliario de diseño industrial es apropiada para recalcar la imagen que quiera representar cada objeto, dando así más posibilidades al autor para su expresión. Así un jarrón sencillo podría en muchos casos no ser suficiente para demostrar nuevas ideas, mientras que si ponemos ese jarrón en una mesa dentro de una habitación en un edificio concreto, la propia mesa, la habitación y el edificio pueden apoyar al objeto en su transmisión de sensaciones. Aún así creemos que un objeto bien diseñado debería representar siempre unas sensaciones basicas que el autor quiera dar, pudiendo ser observado y entendido en cualquier entorno.
Como ejemplo de desajuste elegimos el Puente sobre el Gran Canal en Venecia de Santiago Calatrava, que aunque no nos parezca mal diseño como tal a lo mejor no es lo más adecuado para el entorno tan "clásico" en el que se encuentra, teniendo en cuenta que compite con puentes como el Puente Rialto.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Bauhaus, 1922-1925
La Bauhaus no es una escuela de arquitectura tal y como suele entenderse, sino una escuela de arte que toca progresivamente las tres escalas de diseño y se convierte en centro de experimentación y sede simbólica de la nueva vanguardia reuniendo y vinculando entre si las distintas manifestaciones artísticas de la época: música, literatura, teatro, cine, pintura, arquitectura y diseño industrial.
En sus comienzos, la Bauhaus se vio muy influida por las ideas del Werkbund y el pensamiento de Feininger, Klee, Kandinsky, Itten y Moholy-Nagy, artistas todos más o menos vinculados al expresionismo alemán, que fundamentan su didáctica abierta en el curso previo de introducción al diseño. Sin embargo, en 1923 la Bauhaus experimenta un giro decisivo que le hace abandonar todo vestigio de expresionismo y convertirse en icono del racionalismo.
Un par de años anterior al traslado de Weimar a Dessau, este giro no es ajeno a la presencia en la escuela de Theo Van Doesburg y a la incorporación a la Bauhaus de los principios neoplásticos, en una primera síntesis De Stijl – Bauhaus que tiene su mejor representación en el propio edificio de la sede en Dessau proyectado y ejecutado por Gropius con la colaboración de profesores y alumnos de la escuela, en un ejemplo del trabajo en equipo que llevó desde la construcción del edificio hasta el diseño de sus elementos de mobiliario y la adecuación interior.
Más pedagogo que arquitecto, Gropius es autor de diversos barrios experimentales como la Siemensstadt de Berlín, donde demuestra su dominio del problema de la vivienda mínima, cuyas conclusiones y propuestas tipológicas expondría en los CIAM de Frankfurt y Bruselas (1929, CIAM II, Frankfurt, Alemania. Enfocada en el trabajo de vivienda de Ernst May y la vivienda mínima - 1930, CIAM III, Bruselas, Bélgica. Sobre el desarrollo racional del espacio).
La “poética neoplástica” tiene sus mejores ejemplos en la arquitectura holandesa aunque el verdadero representante de la arquitectura neoplástica es Ludwig Mies van der Rohe. Todo lo que forma parte del patrimonio convencional (la modernidad y la tradición, los materiales contemporáneos, el monumentalismo, las leyes compositivas) es filtrado y reconfigurado mediante una actitud específicamente arquitectónica: no hallamos, por tanto, en las obras de este autor, la exhibición propagandística de una arquitectura funcional, o racional, o internacional, sino el ejercicio meticuloso y ponderado de una arquitectura autónoma y hermética, aunque inevitablemente moderna.
En el texto propuesto podemos entender el cambio ideológico que sufre la Bauhaus entre 1922 y 1925, cambio que supone la división de la nueva “Segunda Etapa” de la escuela. Así, Gropius da la razón a Feininger, el cual resaltaba este cambio como resultado de la entrada de van Doesburg en la Bauhaus. A su vez el cambio coincide prácticamente con el traslado de la sede hacia Dessau.
Fruto de esta época es la obra expuesta en la foto: “Casas de los maestros de la Bauhaus”, obra de W.Gropius de 1925-1926
Bibliografía:
-"Introducción a la historia de la arquitectura", José Ramón Alonso Pereira
-"Arte y arquitectura moderna, 1851-1933", Antonio Pizza
-Wikipedia
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Frank Gehry
Frank Owen Gehry (Toronto, Canadá, 28 de Febrero de 1929):
Sus edificios han sido llamados bellos y ofensivos, innovadores y difíciles, emocionantes y chocantes, y todo ello al mismo tiempo; lo que a Frank Gehry no le ha frenado, ya que él nunca ha sido un arquitecto convencional. Encontrando su inspiración más en el arte que en la arquitectura, Gehry ha diseñado algunos de los edificios más llamativos del mundo, utilizando además materiales baratos como contrachapados, y formas poco convencionales, curvas y espirales. Desde muy pronto en su carrera, este original arquitecto combatió con su creatividad en contra de los edificios tradicionalmente construidos con forma de caja; con suerte, ideó un estilo propio, sinuoso y fluido. Aunque Gehry nunca desarrolló su estilo en una escuela de arquitectura propiamente dicha (estudió cerámica y algún curso de arquitectura), fue arropado por la crítica, otros arquitectos y la opinión pública, quienes hoy día viajan alrededor del mundo para admirar sus obras.
Dentro de la idea de belleza de Frank Gehry, se puede decir que se encuentra la búsqueda de la sinuosidad y la lucha por conseguir que materiales como los que usa, por ejemplo el metal, que se consideran pesados o difíciles de manipular, consigan dar sensación de algo liviano que fluye con suavidad alrededor de grandes estructuras. Frank Gehry además, por lo general, realiza un estudio del entorno en el que se va a llevar a cabo su obra, para que éste genere ideas tanto del material, la forma y los colores en que se realizará. Así ideas como la de Hotel Marqués de Riscal, en el que el arquitecto intenta representar como el vino se comporta dentro de una copa en un movimiento previo a su cata, resalta el conocimiento previo de el uso posterior del edificio; o el Guggenheim, el cual representa la entrada de los barcos a los astilleros a través de la ría del Nervión, recordando la utilidad histórica del emplazamiento.
La idea de belleza que nosotros contemplamos en la obra de Frank Gehry, se podría resumir en su búsqueda de formas externas en los edificios que representen movimiento o formas vivas (como peces, muy utilizados en su obra); dotando así a las edificaciones de una vida antes olvidada, llegando casi a representar sensaciones humanas de alegría.
“Representación esquemática de la idea de belleza de Frank Gehry en su arquitectura, en la cual la monda de un fruto representa tanto o más que su propio sabor.”